domingo, 30 de octubre de 2011

Actividad 4. Paulo Freire. Pedagogía del Oprimido


Pedagogía del Oprimido


Capítulo I:


En la Pedagogía del Oprimido, Paulo Freire expone una  pedagogía donde los educadores y los alumnos trabajan juntos para desarrollar una visión crítica del mundo.

No es una pedagogía para el oprimido sino de él; donde el sujeto debe construir su realidad a través de las circunstancias generadas por  devenir cotidiano. Los textos construidos por el individuo le permiten reflexionar y analizar el mundo en que vive para reformarlo.
El método de aprendizaje de Freire a parte de reproducir las palabras ya existentes; éstas se crean y le permiten hacer conciencia de la realidad para luchar por su emancipación, ya que algunos adquieren una conciencia ingenua dándose cuenta de su situación, pero no se esfuerzan por modificarla. Otros individuos construyen su realidad y se liberan de la opresión pero se convierten en el polo contra el que luchaban.
Freire trata de que el individuo a través del aprendizaje sistemático aprenda a luchar por la superación y la crítica constructiva.

La propuesta de Freire implica dos momentos distintos progresivamente: uno se refiere a tomar conciencia de la realidad que el individuo vive; y el otro, es la iniciativa de los oprimidos para luchar y liberarse frente a los opresores.

Capítulo II:

Una característica que posee la educación actual es la narración y memorización excesiva en las aulas, pero sin analizar la esencia de ello. Freire la concibe esta situación como si los alumnos fueran unos recipientes en los cuales se depositan los conocimientos. La concepción bancaria de la educación pretende transformar la mente de los individuos para que se adapten mejor a las situaciones reales y así poder dominarlos con mayor facilidad. 
Freire sugiere que el individuo adquiera la biofilia mediante el cultivo del ser, estando con el mundo, lo cual se alcanza mediante la liberación, requiriendo que la educación deje de ser alienante y mecanicista.

Para Freire el papel del educador está en la problematización del mundo próximo al oprimido, crear las condiciones apropiadas para que el aprendizaje desarrolle nuevas expectativas avanzando más allá de la doxa hasta alcanzar el nivel de logos a fin de alcanzar un carácter auténticamente reflexivo y descubrir su propia realidad, provocando nuevos desafíos hacia la autoconstrucción del mundo en que tengan participación real y directa sobre las acciones que emprenden. 

La educación liberadora en el individuo tiene que ser un acto cognitivo en el que se comprenda y analice el contenido, superando la división existente entre el educador y el educando; dejar de lado la relación unidireccional para que la bidireccionalidad contribuya a la educación  integral de ambos, puesto que los dos tienen elementos  que aportar a la enseñanza. 

Capítulo III:
En este capítulo el autor expone la idea de que la realidad actual que rodea al hombre no le permite entenderla y transformarla porque la educación es simplemente para adaptarlo. Para alcanzar esto es necesario el diálogo entre el maestro y alumno.
Freire escribe  los requisitos necesarios para tener un diálogo verdadero, y señala la importancia del amor; y que no hay diálogo sin la humildad implicando una fe en el pueblo; y además muestra la importancia de la confianza y la esperanza. Freire observa los errores hechos por líderes revolucionarios por no tener estos requisitos en el diálogo verdadero.
Además da importancia al establecimiento del  diálogo con el pueblo, implicando emplear un lenguaje similar al de las costumbres del individuo.
Y por último, Paulo dice que la investigación del tema generador implica dos etapas en las que se involucra el individuo: la primera se refiere a acudir hasta el lugar de los hechos para conocer cuál es la forma de pensar de los oprimidos; y la segunda es aplicar el pensamiento en el aprendizaje sistemático a través de la interacción grupal entre los mismos individuos, para que la persona vaya adquiriendo conciencia de su realidad y la expresen realmente. Se trata de que el individuo busque su conciencia máxima posible.


Capítulo IV:
El último capítulo del libro resume las ideas propuestas en los capítulos anteriores, señalando como la pedagogía liberadora propuesta por Freire sirve a la liberación, contrastándola con la pedagogía bancaria que sirve a la opresión.
Dice que el opresor usa la antidialogicidad para mantener su status a través de diversos medios, por eso, es importante conquistar a los oprimidos con el diálogo concreto repetidamente.

Una característica de la antidialogicidad es la manipulación que mediante la ideología busca conformar a las personas en base a sus objetivos propuestos;pero aveces la manipulación se hace a través de pactos con la desventaja para los oprimidos. De la misma forma se imponen modelos de vida burgueses que entre las masas populares encuentra terreno fértil para lograr la manipulación oculta en los discursos.

Otra característica más de la antidialogicidad es la invasión cultural de que son objeto los oprimidos; éstos son objetos, mientras que los opresores son autores y actores del proceso; es una táctica subliminal que se emplea para la dominación y que conduce a la inautenticidad de los individuos.
Cuando se produce una invasión cultural, las relaciones padre − hijo se modifican para beneficio de los opresores quienes suponen que deben educar al pueblo, por el contrario éste debe educarse en comunión. Esta característica implica una visión concéntrica de la realidad.
También aparece la colaboración como una forma de emancipación del pueblo, pero ésta no implica la existencia de un líder mesiánico, sino a través de la comunión entre él y las masas quienes interactúan y se comunican con el compromiso mutuo de luchar por la liberación, descubrir el mundo, no adaptarse a él ofreciéndose confianza mutua de tal manera que se alcance una praxis revolucionaria. Tal situación requiere de todos los participantes la humildad y el diálogo constante.

Además de colaboración, se requiere de unión para realizar un esfuerzo común que conduzca a la liberación, lo cual implica una forma de acción cultural que enseñe el qué y cómo de la adherencia a la causa revolucionaria.
Y aparte de la unión, la acción dialógica requiere de la organización para evitar el dirigismo ideológico, por el contrario, es un elemento constitutivo de la acción revolucionaria, misma que implica conexión entre la acción y la práctica, audacia, radicalizar, pero no sectarizar y valentía de amar, todas estas acciones deben ser claras sin caer en la ingenuidad.Para que esta acción se realice debe estar presente la disciplina, orden, objetivos precisos, tareas que cumplir y cuentas que rendir antes sus semejantes.

La última característica de la acción dialógica es la síntesis cultural que se da simultáneamente con la investigación temática, puesto que pretende superar las acciones opuestas emprendidas por los opresores.

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